Unusualmente voy a colocar la primera parte de una narración (cosa que nunca he hecho porque es un blog de poesía) que hice hace tiempo para darle más gracia a mi blog, aquí lo dejo, espero que os guste amables lectores.
PURA RUTINA… O QUIZÁS NO.
Esta mañana a prisa salía de casa. He comprado el periódico y en una panadería próxima un bocata de jamón, para empezar el día…
He llegado al trabajo tarde, había caravana. Como siempre.
Me he encontrado con un millón de hojas sin archivar encima de mi mesa. Demasiado trabajo, no lo acabaré hoy, y menos si me entretengo en escribir esto, pero qué más da, mientras que el jefe no venga, me dedico a escribir unos parrafitos, que la vida también hay que disfrutarla, y saltarse las normas de vez en cuando tampoco está tan mal…
Sara está obsesionada con los artículos de opinión que le pidieron el otro día. Que pesadita se está poniendo. Soy su amiga, debo aguantarla, igual que ella lo hace conmigo… Por unos días no pasa nada. No se lo diré, tampoco quiero que piense que hace mal. Ella solo lo da todo su trabajo, no como yo…
Nos iremos a comer y le haré olvidar durante un rato ese comecocos.
Camacho (un compañero, jefe de planta, mejor dicho) me dice que debo acabar la faena. Ni caso, ese chaval lo único que hace es presionarme y decirle todo lo que hago mal al jefe. ¡Será chivato!
Quizás deba presentarme, que ya es hora…
Me llama Anais y tengo 23 años. Soy la antigua jefa de planta de administración de esta empresa, ya que Camacho me ha arrebatado mi título este año.
No me importa, aunque me da rabia que sea tan chivato. Así va, que no tiene ni un triste amigo…
Hoy tengo que archivar pedidos antiguos en sus debidas carpetas, porque después de semana santa se nos ha acumulado la faena, y he de darme prisa después de comer, sino lo tendré que llevar a casa y la verdad, no tengo ganas.
Bueno mi estómago me chilla que vayamos a comer. Nos veremos más tarde.