Reprimido de emociones, el mundo.

Al ser humano le gustan las emociones. Y disfrutar de ellas también. Sin embargo, vive constantemente reprimido de ellas.
Se esfuerza por reprimir las ganas de darle un abrazo a un amigo, se esfuerza por no mostrar su intenciones, se esfuerza por y para esconder lo que siente.
Y de hay viene que a los que las utilizamos para vivir mejor, nos llamen locos, piensen que somos personas que no pensamos en nuestros actos. Pero qué mas da! Cada uno que piense lo que quiera.

Vive como te sea grato, siente el aire y las emociones que mueve en tu interior, escuchando como se lleva las hojas.
Sal a la calle y siente el agua de la lluvia en tu cara, siente el sol que desvia tu mirada.
Siente todo lo que te rodea.
Acarícia las cortezas de los árboles con el tacto,
huele la comida que te prepara tu madre, y saboreala.
Mira a tu alrededor con los preciosos ojos que tienes el privilegio de tener.


Y siente en tu corazón cómo vives como quieres, como elijes lo que quieres ser y hacer o lo que no quieres.


Tú decides seguir o no, y cómo hacerlo.


Sientete libre, y disfruta de los privilegios que cada día están a tu alcanze.


VIVE LA VIDA, pero sobretodo SIÉNTELA!

Un mar de corazones.

¿Has estado en la playa, verdad? ¿Y has sentido como el agua invade tus pies y la espuma acaricia tus talones? ¿Te has concentrado para sentir lo bella que puede llegar a ser la naturaleza? ¿Te has parado a pensar, como hacer eso pero con los sentimientos que cada día se reflejan en tus ojos?

     Cada concha que arrastra el mar es un recuerdo que se escapa, un suspiro que recoje el aire, y un sentimiento que vuela alto...
     Cada concha es un resultado, un resultado de nuestros intentos, fallidos o no.


     Me embarga el mar por ser inmenso y esconder tanto bajo sus aguas. Y entonces pienso:


     El mar podría dar la sensación de ser pequeño... como nuestro corazón, pero si sabemos lo que hay debajo ya nos parece más inmenso que antes... ¿Y el corazón qué? El corazón puede ser tan inmenso como un mar, y por no contar la de conchas, estrellas que obtiene como reusltado.

Los sentimientos son como el agua del mar que acaricia nuestros pies...
Las conchas y las estrellas son el resultado de nuestras acciones...
Y el corazón es el mar, y todo lo que éste puede aguardar.


     Haz de cada uno de los corazones que te llevan como estrella una casa dónde guarecerte en las tempestades, y un lugar dónde tomar el sol en los días de colores.
     
Cada corazón de los que te quieren es un mar...
Y qué inmensos deben de ser. ¿Te atreves a sentir todo lo que te pueden regalar?
                      
Quién no arriesga, no gana. (¿Entonces a que esperas? Atrévete.)

Las primeras flores.

La poesía me enseñó a ser amiga de las palabras,
la pintura, las bellas imagenes que nos ofrece el mundo
y la fotografía a captar los pequeños matices.







VIDA. Palabra maravillosa.

Vida que florece cada día,
las primeras flores regalan belleza,
y una sonrisa...


Quizás una flor, sólo sea una flor para alguien que no ame la vida.
Pero para mí, una pequeña flor puede simbolizar algo grande, maravilloso, que nos visita. Simbolicamente o no.


Amo la escritura, la fotografía, la pintura y los seres humanso que me hacen sentir especial.




Pero sobretodo y pese a todo, yo amo a la vida.

Vale la pena

He decidido que aunque a veces un pie resbale, y caigas al suelo mojado y te llenes de barro, nunca lo fácil es lo que da mejro resultado.
Seguiré siendo esa persona que aunque vea que las cosas son muy dificiles, un día o otro pueden  llegar a ser posibles, y que la vida está para probar cosas, para sentir en tu piel lo bonito cuando llega.

Porque aunque algo sea muy difícil, cuando lo consigues, es una maravilla sentir que lo luchado ha valido la pena, y no sólo eso sino que es fantástico lo que viene después.

Hay veces que no pasa así pero siempre hay alguna excepción, y eso es lo importante.

Yo caminaré a mi manera y conquistaré aquellos corazones que valen la pena.

Nieve.

Nieve. Cada copo que caía. Viendo desde mi ventana

como cambiaba radicalmente el paisaje.

A veces las cosas cambian, porque tienen que cambiar.

Buenas o malas. Tristes o alegres.

Porque como la nieve hay mundos paralelos

que dejan de existir en nuestro interior.

Salí a la calle y mirando hacía el cielo cerré los ojos.

Sentí la fría nieve en mi cara, y mis manos se congelaron.

Sentí como todo lo malo que brotó en mí se convertía en agua, se transformaba.

Quería dar paso a la alegría de nuevas emociones,

nuevos días, nuevos momento, y nuevas personas.

Quería sentir que aunque siempre hay algo que duele en las entrañas del corazón,

la sonrisa puede permanecer. Las lágrimas se las llevó la nieve.

La nieve cambio el paisaje por unas horas,

y cuando el sol la desizo se llevó mis malas vibraciones,

mis malos recuerdos.

Entonces el viento me susurró al oído:

- Volvemos a empezar, querida.

Sigue siendo tú y convierte en felicidad

cada detalle que aparezca ante tus ojos,

llena tu corazón de flores,

y que éste estalle como el sol más brillante.

Ese que sólo sale después de tormentas, lluvias,

o simplemente:

El que sale después de la nieve.

Nieve, embargando mi ser,

nieve que entró en mi corazón.

Nieve que me hizó renacer, otra vez.

Viejas águilas aleteando.

Viejas águilas aleteando, aleteando aún con ganas. Y yo sin saber porqué, pero me revuelven el estómago haciéndome creer que aún hay alguna esperanza, y que sólo es un hasta luego.

Aún así entre los huesos se me ha instalado un arco iris, y las ganas de tirar todo para adelante. En mis pestañas tengo rosas, lilas, verdes y azules y en mis pupilas un brillo que contagia.

Por no hablar de mi boca que sólo pronuncia te quieros (a quién lo merece), y ayuda sin mirar a quien, por no hablar de mi corazón que no se derrumba aunque todas las adversidades se le pongan en contra.

Cuántas ganas de seguir me inundan, y que placentero me parece.