lunes, 6 de febrero de 2012

Viejas águilas aleteando.

Viejas águilas aleteando, aleteando aún con ganas. Y yo sin saber porqué, pero me revuelven el estómago haciéndome creer que aún hay alguna esperanza, y que sólo es un hasta luego.
Aún así entre los huesos se me ha instalado un arco iris, y las ganas de tirar todo para adelante. En mis pestañas tengo rosas, lilas, verdes y azules y en mis pupilas un brillo que contagia.

Por no hablar de mi boca que sólo pronuncia te quieros (a quién lo merece), y ayuda sin mirar a quien, por no hablar de mi corazón que no se derrumba aunque todas las adversidades se le pongan en contra.

Cuántas ganas de seguir me inundan, y que placentero me parece.

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