
Cada concha que arrastra el mar es un recuerdo que se escapa, un suspiro que recoje el aire, y un sentimiento que vuela alto...
Cada concha es un resultado, un resultado de nuestros intentos, fallidos o no.
Me embarga el mar por ser inmenso y esconder tanto bajo sus aguas. Y entonces pienso:
El mar podría dar la sensación de ser pequeño... como nuestro corazón, pero si sabemos lo que hay debajo ya nos parece más inmenso que antes... ¿Y el corazón qué? El corazón puede ser tan inmenso como un mar, y por no contar la de conchas, estrellas que obtiene como reusltado.
Los sentimientos son como el agua del mar que acaricia nuestros pies...
Las conchas y las estrellas son el resultado de nuestras acciones...
Y el corazón es el mar, y todo lo que éste puede aguardar.
Haz de cada uno de los corazones que te llevan como estrella una casa dónde guarecerte en las tempestades, y un lugar dónde tomar el sol en los días de colores.
Cada corazón de los que te quieren es un mar...
Y qué inmensos deben de ser. ¿Te atreves a sentir todo lo que te pueden regalar?
Quién no arriesga, no gana. (¿Entonces a que esperas? Atrévete.)
Precioso lo que has escrito.
ResponderEliminarLo que guarda nuestro corazón y el corazon de las personas a las que queremos es una inmensidad llena de recuerdos y sentimientos. Y solo por eso ya merece la pena intentar descubrir que esconden realmente!!
Me ha encantado tu entrada Adriana!!
Besosss
Lo que tiene nacer oliendo a mar es todo eso precisamente, que sin el nada tiene sentido, ni corazones, ni sentimientos...
ResponderEliminarPrecioso
Besazos enormes