miércoles, 18 de abril de 2012

La rosa.

No sé ni cómo, ni de qué manera... Dentro de ella creció una rosa... llena de color, llena de vida... Se acomodó en su interior, dejandole así una paz interior que hasta entonces no conocía. Pero ahora todo le parece mal, todo le cansa, todo hace que se sienta sola. Porque aunque viva grandes momentos y le regalen bellas palabras, algo en ella no encaja... Ha cambiado, de golpe, tanto que ni lo hubiese imaginado hace unos meses. Pero ahora ya no es la misma. Sabe, que sigue andando, regalando sonrisa sy bonitas palabras, pero también sabe que necesita alguien incondicional a su lado... Y que mejor remedio que ella misma. Y aunque sea de esa manera, durante una temporada, unas hora so unos días más, tendrá una sensación meláncolica, que puede ser que sea el sentimiento que nace dentro de ella.
Su nueva manera de ser. La nueva rosa llena de futuro, pero dejando atrás una tira de imágenes que por mucho que quiera seguirá apoquinada en su memoria. Hoy por hoy, y mañana le queda levantarse con una sonrisa, y intentar que todo no le parezca mal, o al menos hacer callar esas palabras que se despiden de su boca sin aviso... Y si esto sigue sí, pues ya acabará.
Porque ningún mal dura cien años. ¿Y sabéis una cosa? Ella ha vivido cosas mucho peores.

2 comentarios:

  1. Las cosas que nos suceden nos hacen más fuertes Adriana.

    A medida que vamos viviendo cosas vamos cambiando. Una parte de nosotros seguirá siendo la misma, pero hay otra que estará en continuo cambio y debemos acostumbrarnos a que nuestro corazón no deje de dar pasos. Ahí está lo bonito. Cambiar y crecer.

    Y lo que debemos tener claro es que no siempre caminaremos en compañia. Por ello es mejor no esperar nada, avanzar y pronunciar pasos firmes por nosotros mismos. Ser incondicionales con nosotros mismos, y después si tiene que acompañarnos alguien, lo sabremos.

    Yo por experiencia te digo...no hay mal que dure cien años. El mal dura lo que nosotros queramos que dure.

    Besos wapa y sigue luchando!!Solo tú puedes hacerlo.

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  2. Una vez leí grabado en una puerta: «Cualquier mañana sale el sol»
    Como bien dice Rebeka, el mal dura lo que nosotros queremos que dure... Esa es la formula.
    Tú decides.

    Un abrazo, preciosa.

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