No sabría explicarte cómo me siento, pues ni yo misma consigo saberlo verdaderamente. Dentro de mí se ha desprendido algo que me alimentó en el pasado, yo lo sé.
Cometí el error, y ahora lo esquivo con mi nueva manera de ser. Porque cada día de este nuevo año voy pisando diferente el suelo que hay bajo mis pies.
Me he desprendido de esa melena que se suponía que tanto había hecho por mí.
Bien pensado, hay personas que llevan toda la vida ayudándome y va siendo tiempo de devolverlo… Va siendo tiempo de cambiar constantemente y moldear mi propia figura…
No tengo miedo del que vendrá. Ahora ya no. Seré capaz de afrontarlo, me lo dice mi propio corazón.
Él ya no llora, ya no sufre por nadie. Él desea y quiere a la gente importante. Él se quiere, se cuida y me acompaña siempre. Por eso ya no me siento sola, porque estoy encontrando mi propia paz, dónde vive el nerviosismo de mis entrañas, dónde se esconde el motor de mi inquietud.
Quiero templar todas esas ansias y convertirlas en paciencia de futuro, en cariño por el presente que cae encima de mí, que me vierte nuevas cosas que aprender y bonitos sentimientos por descubrir.
Sin creer a unos más que a otros, porque al fin y al cabo cada uno aporta algo a mi vida. Los he puesto a mi lado, como pequeñas estatuillas que cuidan mi camino, como amigos… Como personas que me importan de verdad.
Es hora de olvidarse del pasado bello, porque el presente nos puede aguardar algo mejor si lo vivimos enteramente…
Sin pensar también demasiado en ese futuro que no se puede divisar, a veces, tanto como nos gustaría.
La naturaleza es sabia, y todo está bien así,
Y ahora si mi interior me lo permite, mañana cuando amanezca, y mis ojos verdes se abran, sonreiré, y volveremos a empezar. Sin pedestales ni idealidades.
Sólo y solamente sintiendo la vida acariciando mi piel. Mi nueva piel, mi nuevo renacer.
Renaceres así son los que me hacen falta a veces.
ResponderEliminarVivir lo que venga, sin más.
Un beso Adriana (: