miércoles, 29 de agosto de 2012

Caída libre.

Esta foto pertenece a Carmen Moreno 
(click para ver sus preciosas fotos: 
http://carmenmorenophotography.blogspot.com.es/). 
Yo le he puesto texto:



Era verano, Patrick y yo estuvimos en un bosque precioso. Los árboles interminables observaban nuestro camino a través de las ramas, dejando que la luz nos diera ligeramente en la espalda.

Estábamos cansados, sin embargo ese día era muy especial. Era el comienzo de otra etapa en nuestras vidas, y el verano nos anunciaba, no sabría explicarlo, que todo marcharía bien.

Comimos con los cantares de los pájaros, y disfrutamos de una tarde llena de imágenes. No paramos de sonreír. Tanto lo hicimos, que nos dolían las mejillas, coloradas de las barbaridades que nos hacía decir la botella de vino, que nos observaba tumbada en la cesta de picnik de la madre de Patrick.

Al volver, en el camino de arena que conducía hacia el coche, nos encontramos plumas. Pequeñas, frágiles. Bonitas, preciosas.

Sin duda habían sufrido una caída libre desde alguno de aquellos árboles que nos regalaron la luz del atardecer en que brindamos por la vida.

Me decidí a cogerlas todas y las guardé en una cajita que mamá me regaló por mi cumpleaños en recuerdo de aquella tarde que no olvidaré nunca.

Sin duda, vendrían cosas buenas y nuestros sueños se cumplirían.

Las plumas de color pastel lo anunciaban.

viernes, 24 de agosto de 2012

-Gré du hasard.-

Que yo también me confío a la voluntad del azar en cada atardecer, sin importarme. Quizás el me lleve dónde yo quiero ir, porque me quiero soltar de las cuerdas que me atan unos minutos. Tengo que pararme a pensar que camino es mejor, si el del silencio: efímero en mis manos o el de la palabra: interminable en mis labios, tan querido pero a veces tan odiado. No sé si empezar con alas indomables o con piernas controladas, con ojos brillantes o mirada paralizada. Con una sonrisa o una mueca que estremezca el alma. Con unas manos inquietas o con unos dedos en calma. Con el pelo suelto y mezclado o una melena bien peinada. Con un te quiero o con el alma callada. Con unas camisetas simbólicas o con un suéter que no dice nada. Con unos pantalones rotos o unas mallas bien colocadas. Con unas bambas o unas botas altas. No lo sé y tampoco me paro a pensar. El tiempo pasa y yo me quiero aclarar. Al llegar el día me tendré que enfrentar y ni yo misma sé donde me llevará: la barca que naufraga en mi mar en calma. El de mis ojos, sí: el de mi mirada.



viernes, 17 de agosto de 2012

A las once en la cafetería.

Matilda era alegre, cosa que indicaban sus ojos azules que despertaban corazones desconocidos para ella. La primera vez que la vi bajaba del tren, con una bufanda roja y una cazadora negra de piel. Los tejanos claros, y una sonrisa preciosa...

Lo que nunca imaginé es que meses después fuera a ser la única persona que me animase a seguir... Me la encontré un día en mi portal y nos pasamos toda la tarde hablando. Encajamos genial.

Dos meses más tarde, mi padrastro murió y ella vino a mi casa y sin decir nada me abrazó. Yo lloré mucho, pero ella no dejaba de abrazarme, no decía nada tampoco, pero me miraba con esos ojos profundos, sí, los azules que vi en la estación en aquel febrero tan helado.

No se separó de mí... 

Yo aún no tenía la mayoría de edad y le pregunté lo que más me angustiaba aquellos días:

   - ¿Quién se hará cargo de mí, Matilda?

Ella atónita me miró y se sonrió. 

   - Yo, preciosa mía. No dejaré que nadie te arranqué de mis brazos.

Sin querer, cayó una lágrima de mis ojos negros y ella me miró emocionada y me abrazó. Ella era mi salvación, mi amiga, mi confidente, una de esas personas que se clavan dentro con porqués y sin ellos. 

Durante dieciocho años se hizo cargo de mi mirada y me quiso como si de una verdadera madre se tratase. La que yo nunca tuve y con ello supe lo que se sentía teniendo a alguien que te quería de verdad.

Murió, murió en un febrero helado. ¿Casualidad? No lo sé, pero ese invierno me consiguió dejar helada de sentimientos, congeló mis sonrisas y degrado mis miradas. 

Ella se llevó algo de mi misma, porque me dejo un vacío inmenso para toda la vida.

Yo no tenía fe en historias de amor, y tampoco sabía ni recordaba que era sentirse feliz.

Fue cuando llegó Mark entre los pasillos de la Universidad. Me choqué con él y al mirarlo me sonreí:

   - Tú debes de ser el amor de mi vida. Tienes la sonrisa con la que sueño todos los días.

Perpleja le contesté:

   - ¿Pero qué dices?
   - Lo que has oído, preciosa. Te espero a las once en la cafetería, en la barra de la derecha.

Y yo sin saber porqué acudí a aquella cita. 

(continuará)


lunes, 13 de agosto de 2012

Libros de poesía en tus pupilas.

Llueven flores en los sueños de algodón de Brigitte. Nuestra nueva protagonista de 13 años piensa en que los deseos se cumplen si se luchan por ellos. Su sonrisa no la desvanece ninguna tristeza, piensa que combatiendo con la felicidad nunca se podrá dar por vencida. Es pequeña aún pero sin embargo crece una fuerza increíble en su interior... Le gusta tocar la guitarra en su cama, sobretodo en invierno con bufanda y la manta de terciopelo rozándole los pies. A veces se pone a dibujar retratos que cuelga en su habitación, dejandolos impregnados por manchas de acuarela que los hacen verdaderas obras de arte. Otras veces, cuando se cansa de dibujar se pone a escribir cuentos en sitios fantásticos que la hacen vibrar unos minutos sintiendo que la magia está en todas partes.
Brigitte es un cielo de persona: sensible, humilde, buena, cariñosa. Le gusta el básquet, siempre está jugando a canastar la pelota. Por otro lado la ensalada le pierde... sin embargo, nadar le pierde aún más. Cada vez que la veo al lado del agua es porque quiere tirarse y empezar a hacer volteretas hasta saciar sus ganas de jugar.
Brigitte enamora desde lejos: rubia, con unos ojos azules insólitos, grandes y alegres y con su preciosa sonrisa... Tendrías que ver cómo mueve la melena. Cómo corre, cómo baila. Es como ver desplegarse libros de poesía, uno tras otro en tus pupilas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Detalles.

Demasiadas desgracias ocurren cada día para no observar los pequeños detalles que nos regala la vida: observar una florecita que estaba escondida entre la hierba, coger un bolígrafo y escribir sin buscar razones, sonreír a todas horas sin explicaciones de ningún tipo, dar lo mejor de nosotros en todo lo que hacemos, ser buenas personas con los seres que más queremos, porque el tiempo pasa muy rápido y aunque lo haga valdrá la pena contemplar todo lo que tienes, que aunque parezca que sea poco es lo suficiente como para vivir bien. No te quejes, esfuérzate y haz de tu vida una carrera en la que las fuerzas para correrla sólo pueden salir de tu propio interior. Y despiértate con ganas de mirarte al espejo y ser tú y ser feliz.


viernes, 10 de agosto de 2012

Efímeramente hablando.

Cada tecla rompe un silencio
que asoma entre tus pestañas,
queriendo llegar lejos
pero estando dentro de ti.

Es como ver el arcoíris salir de tu pecho
y de tus manos salir un águila real.

Y alargar las sílabas
detonando el tiempo
que se escurre entre tus manos
mientras repican los altavoces.
Pronto tu ausencia se establecerá
frente a muchos rostros humanos que te adoran.

Rompiendo el ritmo
de tu propia melodía interior
El espectáculo finaliza
con tus lágrimas.

Efímeramente hablando,
Pero sin embargo 
eternamente sintiendo.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Mi corazón ha aprendido a bailar.



Inspirado por "Peut-être toi" (Quizás tú) - Mylène Farmer

(El dinamismo de la canción es el que ha inspirado el texto, 
unicamente él y su autora, por supuesto.)



Rápida, fugaz canción de mis entrañas recorre todas mis venas en busca de positividad al ritmo de un tren en marcha. La mujer agarrada a sútiles cuerdas de color dorado canta, canta y mueve la cabeza. Su cabellera me dibuja un camino diferente, ese que tengo que tomar sin nadie de acompañante. 
Que la soledad hay que aprovecharla para dedicarla al arte y a las palabras, ellos siempre dan las mejores alegrías, sobretodo el arte que cocino entre mis pupilas y las yemas que agarran rapidamente el boli. Y ¡pum! Voy a luchar por todos los sueños, llegando a algunos, pero sobretodo llegando a los más importantes, cueste lo que cueste. Y si fallo, habrá valido la pena intentar, siempre se aprende. 
Y ¡pararara! sigue cantando mujer, sigue, no pares, haz de tu música la mejor melodía musical para mi vida, y resiste, resiste hasta que pueda contemplarte frente a mí y con mis propios ojos.
Tú me das fuerza y melodía. Mi corazón, gracias a ti, ha aprendido a bailar. 


domingo, 5 de agosto de 2012

El mar nocturno lo cuenta.



El mar nocturno y la claridad de la luna bailaban para mí. Me acerqué a la orilla, y empecé a bailar, mientras miraba todo aquello y sentía que su belleza me inundaba.
En aquel momento no necesitaba nada más, una voz clara, dulce y querida dormía mis timpanos y mis ojos quedaban hechizados con al luna que se reflejaba en sus pupilas.
La brisa del mar, las olas rompiendo en mis pies se llevaban los sueños rotos, y me traían sonrisas con las que recibir a los nuevos, y cuidar a aquellos que sí se cumplirán.
Porque el mar nocturno lo cuenta, y yo siempre lo escucho.