(click para ver sus preciosas fotos:
http://carmenmorenophotography.blogspot.com.es/).
Yo le he puesto texto:
Era verano, Patrick y yo estuvimos en un bosque precioso. Los árboles interminables observaban nuestro camino a través de las ramas, dejando que la luz nos diera ligeramente en la espalda.
Estábamos cansados, sin embargo ese día era muy especial. Era el comienzo de otra etapa en nuestras vidas, y el verano nos anunciaba, no sabría explicarlo, que todo marcharía bien.
Comimos con los cantares de los pájaros, y disfrutamos de una tarde llena de imágenes. No paramos de sonreír. Tanto lo hicimos, que nos dolían las mejillas, coloradas de las barbaridades que nos hacía decir la botella de vino, que nos observaba tumbada en la cesta de picnik de la madre de Patrick.
Al volver, en el camino de arena que conducía hacia el coche, nos encontramos plumas. Pequeñas, frágiles. Bonitas, preciosas.
Sin duda habían sufrido una caída libre desde alguno de aquellos árboles que nos regalaron la luz del atardecer en que brindamos por la vida.
Me decidí a cogerlas todas y las guardé en una cajita que mamá me regaló por mi cumpleaños en recuerdo de aquella tarde que no olvidaré nunca.
Sin duda, vendrían cosas buenas y nuestros sueños se cumplirían.
Las plumas de color pastel lo anunciaban.