viernes, 16 de diciembre de 2011

La chica desconocida

Este historia totalmente inventada, nada tiene que ver conmigo de nuevo, pero mi mente imagina cosas que podrían llegar a ser ciertas.


Marta. Marta era una chica feliz, llena de alegría, de emoción, de grandes sentimientos, le gustaba tocar el piano y pintar a acuarela... Marta tenía novio. Sí y lo quería mucho, era  un compañero de música aficionado a la guitarra, y de allí surgió una gran amistad y canciones tiernas que llegaron a ser de amor...

Hace tres días que él falleció, sí, un accidente. Marta lloró de rabia, de no poder haber disfrutado a tan gran ser humano para ella, pero lo peor era no volverlo a ver, a escuchar esas melodías que tanto le animaban los días, que tantas veces le recorrieron el cuerpo.

Pero la vida te quita aquello que más duele y de la manera menos prevista.. Y dolió , dolió mucho, Y marta pasó varios años con una espina imborrable, que no se fue, pero al menos quedo cubierta de nuevos y felices momentos.

Pero y quién es la chica desconocida?

María, María... Dos semanas previas al accidente ella y Joaquín (que así se llamaba el novio de Marta) descubrieron que no sólo les unían las notas musicales y entre ellos dos surgió una flor roja, llena de pasión por la vida, por la emoción de la música del viento y el contorno de cada uno de ellos.

Días después del accidente, María se enteró... Sí, y Joaquín le dijo que ya se lo diría a Marta pero no lo hizo... No tuvo tiempo. Lo debía de hacer ella? Tachar al gran imagen que aquella gran chica tenía? No, no lo haría sino lo había echo él...

Una chica desconocida que no pudo llorar en público, una chica sin corazón y con la rosa marchita en las manos a quien nadie le prestó atención.
 

La rosa se pudrió en su corazón, y ella quedó entre las palabras y los llantos de la novia de Joaquín. Ella no fue nadie... no fue nada. Nadie la conocía, nadie sabía de su existencia...


Y por eso mismo en el momento del accidente murieron dos almas.

Y por las noches se acercaba al balcón a mirar las estrellas. Y dos lágrimas grandes y saladas caían de su cara. Nadie conoció nunca su secreto... Nadie supo nunca que tan sólo con quince años se le pudrió una rosa en el corazón. Y que el amor perdió todo sabor...
       

 y su vida todo color.


 
Muerta en vida. Porque para ella él fue tan grande. Tanto. Y supongo que no quería destrozar la vida de Marta, ya que la suya no tenía ninguna curación.




(Siempre tenemos que salir para adelante. Esta historia es una simple historia con un triste final. No me gusta como me quedan las historias, porque no estoy acostumbrada a contarlas... Pero el argumento es lo que me ha impulsado a compartirla...

Espero que os guste.)


1 comentario:

  1. me ha impactado pero es genial y en verdad esto pasa. Me he encanta como escribes tia <3

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