Aún.

Es como un deseo llegado un año después, es como un retroceso de pasos. Es tener claro el siguiente ciclo, y es revolución con tormenta. A la vez es ilusión desortientativa, es emoción incubierta...
Es un desbarajuste emocional que a la vez que descoloca, también hace saber que aún así hay un poco de esperanza derramada en ese antiguo deseo.
Es cambio, es un cambio rejuvenecedor y innovador.
Por eso hasta que no pueda entretejer palabras en esta enredadera de sensaciones aún no intercambiadas, y a la vez presupuestas, querer desde lejos será una respuesta.
Un símbolo, la única manera de confiar una vez más, la manera para perdurar los 14 largos meses supuestos, a no ser que pase algo antes.
Ahora sé que hasta el día en que no pueda saber que piensa de mí, no me rendiré en los intentos que preceden y anteceden estos dos años de mi vida.
Algo nuevo sé, y es que tengo clara mi posición. Yo, el silencio, la distancia no son impedimentos para aferrar la esperanza, hasta que sus gotas de luz se agoten con su última respuesta.
No esperaré nada, me atendré a lo que suceda, me duela o me emocione.
Sea como sea, lo habré intentado.

Y si lo hago no es por mí, es por tí y todo aquello que me regalaste un día.

Esas lágrimas de primavera y verano convertidas en rosas
Esos tormentos en ilusiones
Y esas soledad que inundaba mi alma, en la única compañía que lleno mi corazón de sonrisas.

También en convencerme de que escribir no era una opción, sino una obligación para mi misma.

Después de dos años algo me sigue impregnando tu recuerdo, y tu imagen.

Todo lo que venga, ya se verá. Sea como fuere estoy preparada. Ahora sí.