Que me absorva el mar de ilusiones rotas, de días hundidos, de trajectorias jamás hechas. Que me lleve a la deriva, lo necesito, sólo hoy, sólo por un rato.
Yo también me canso de ser la pintora de caminos conjuntos, de maquillajes similares, de sueños que no se cumplen. Me canso porque duele ver como se cae todo de tus manos como si fuese un frágil cristal, un jarrón de una cerámica muy delicada.
Estoy cansada de que la alegria de mis mañanas se revierta a una tristeza profunda sin saber porqué.
Debió de ser cuando me di cuenta de todo lo injusto que me pasa. Aunque, sí, me pasan cosas fabulosas, pero... siempre tengo un muro de hormigón donde salta quien quiere, donde me cansan con sus falsedades, papeles y palabras.
Sé que siempre hay cosas malas, que soy muy exigente, pero un pequeño suspiro me hará recuperarme, otra vez. Porque hay algo que nunca hago: darme por vencida.
Esto es una nube de una mezcla de tiempos, donde no hay ni siquiera música interior. Y es así cómo al andar por las calles solitarias me siento más vacía yo que ellas, y eso no es bueno.
A la deriva, mañana volveré a ser alegria.
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