lunes, 16 de julio de 2012

Un paisaje más que sumar a mis ojos.


La luz tenue entra por la ventana de mi izquierda. Brilla mi cara reflejada en el espejo. La raya de mis ojos: ligeramente azulada. Mi boca: entreabierta. Mis pies: descalzos... Voy de negro, se ha muerto mi yo de ayer, despertando de esa rosa marchita un color estupendo, de estampados novedosos. No lleva etiquetas, esta muda de mi ser: es mejor vivir sin ellas. Me asalta la ilusión, me estremece pensar la de cosas que cambian en mi de una día a otro. Me estremece ver un día la luna en mis pupilas y al otro el sol... pero no el de siempre, uno que llevo tintado en mi piel y tatuado en mi corazón. Las mentiras no tienen lugar en mis bolsillos, sólo los lápices, para escribir y escribir, bolígrafos de todos los colores, y hojas de todas las variedades. Me estremece alegremente el son de mi verano, el son de mi presente y la melodía que da vida a mis pasos. He abierto otra ventana, y ya es un paisaje más que sumar a mis ojos.

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